El sonido de los cuerpos by Nando López

El sonido de los cuerpos by Nando López

autor:Nando López [López, Nando]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Fiction, LGBTQ+, Gay, Thrillers, Suspense
ISBN: 9788494517068
Google: OBR5DwAAQBAJ
Amazon: B01G0BSXJ2
editor: Dos Bigotes
publicado: 2016-05-22T22:00:00+00:00


3

Hoy no está aquí. Finge que sí, que es capaz de verme, pero tiene que esforzarse para seguir mis palabras sin perderse una y otra vez en mi discurso. Por eso esta noche hablo poco. Me limito a dejar que me sienta cerca. Que note que estoy a su lado por si, en algún momento, es Alma la que decide empezar a hablar.

No es nada. Estoy bien. Son cosas mías. Intento que comparta conmigo lo que le preocupa, pero prefiere refugiarse tras un arsenal de frases hechas que le permiten aislarse y no tener que confesar qué es lo que hoy la mantiene tan distante, en algún lugar que no es este piso y donde se encuentra con alguien que, eso lo sé con toda seguridad, no soy yo. Podría preguntarle si se trata de Diego, si ha ocurrido algo, si ha habido alguna novedad en el instituto. No lo hago. Sé que es lo que espera que haga. Lo que cualquiera esperaría que hiciese. Pero entonces volveríamos a la misma conversación de estas semanas y la noche acabaría sepultada bajo sus dudas, sus miedos, sus incertidumbres. Las conozco todas y no quiero formar parte de ellas, porque no hay motivo real para que lo haga. Me gusta. Le gusto. Lo pasamos bien. Esto no es más que eso, una historia que ha nacido sin otra pretensión que la de servir de oxígeno en medio de tanta basura. De tantas preguntas sin responder y tantos cuadernos emborronados por recuerdos y mentiras ajenas. No hay nada que se parezca al amor en todo eso. Ni al compromiso. Ni a la entrega. No es lo que busco ni lo que le he ofrecido, así que no seré yo quien le dé hoy la excusa para volver a sincerarse conmigo como madre cuando yo solo la busco como amante.

A ti te escandalizaba cuando era tan sincera. Tú me juzgabas, Jorge. Siempre me juzgabas. Te parecía que yo era muy fría, que no dejaba fluir (eso decías: fluir) mis emociones, que me autocensuraba… Pero no es cierto. Nunca lo fue. No es culpa mía que tú no entendieras que mi forma de beberme la vida es distinta a la tuya. Yo no necesito ser de nadie para sentirme bien, solo quiero ser de ellas por momentos, cuando de verdad desee verme reflejada en otra mirada, recorrida por otras manos, vivida entre otras piernas. Me gusta esa elección del cuándo y el cómo sin que el quién se repita, solo un tiempo, el justo hasta que la rutina amenace con hacerse presente y yo pueda cambiar de lugar sin que se note demasiado ni haya motivo para el melodrama o las grandes despedidas. Mido la intensidad con cautela para evitar la herida, porque no quiero que nadie pueda acusarme jamás de no haber sido franca, de no haber estado exactamente el tiempo que mereció la pena estar. Tú me llamabas calculadora, yo creo que soy honesta. No he jugado nunca al amor porque jamás me he creído sus reglas.



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